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    Caracoles y babosas. Les encanta la cerveza. Hay que enterrar hasta el borde un pequeño plato hondo o un cuenco cerca de las plantas que suelen ser atacadas por los gasterópodos. Sólo hay que  llenar el cuenco hasta la mitad. Los animales se meten a beber y luego no pueden salir. 

    Otra posibilidad es pulverizar la cerveza sobre las hojas de plantas no deseadas, de manera que se dirijan a ellas en lugar de a las hortalizas o las plantas ornamentales. Así se utiliza una plaga contra otra.  
    Moscas de la fruta. 
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    Abundan en torno a las pilas de compost y los fruteros, y también pueden eliminarse con cerveza. Hay que verter la cerveza en un vaso largo que se mete dentro de una pequeña bolsa de bocadillo a la que se ha cortado una esquina para que sirva de entrada a las moscas al quedar situada sobre la boca del vaso. En lugar de una bolsa se puede fabricar una entrada con un cono de cartulina o el cuello invertido de una botella de plástico. Ya sólo hay que colocar la trampa junto al compost o el frutero. 
    Abejas.

    Para mantenerlas alejadas de la zona donde se encuentren reunidas las personas –en una comida al aire libre o donde hay niños jugando– se pueden ubicar en el entorno platos planos con unas gotas de cerveza. Acudirán a estos y no asustarán a los seres humanos.
    Se podrían crear trampas de cerveza, pero no es nada recomendable. Las abejas son seres vivos imprescindibles que ya se enfrentan a retos para su supervivencia como la omnipresencia de los plaguicidas y otros agentes contaminantes.
    Fertilizante. 
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    Salpicar un poco de cerveza alrededor de la base de las plantas del huerto o en las mecetas les aporta una dosis adicional de nutrientes. Igualmente sirve para activar los microorganismos que fermentan el compost
    Fuente: http://www.elcorreodelsol.com/articulo/10-usos-de-la-cerveza-en-casa-sin-bebersela